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La Prosperidad, por Horacio Valsecia



ENTREVISTA A HORACIO VALSECIA

¿Cómo definiría la prosperidad?
La prosperidad es básicamente un proceso de sanación. O sea, mucha gente cree que prosperar es tener dinero. El dinero es una de las facetas de la prosperidad. En pocas palabras, prosperidad es tener buenas relaciones, salud, una buena vida y todo el efectivo que se pueda gastar.

Pero acceder a la prosperidad es un proceso en el cual vamos renunciando a nuestras ideas de limitación y de carencias y vamos reemplazando esas ideas viejas por nuevas, que nos permiten ir disfrutando desde ahora.

¿Y el éxito?

El éxito es parecido a la prosperidad; significa lograr el objetivo que uno se va proponiendo. El éxito no es un acto sino que es un proceso cuando uno alcanza un objetivo determinado. Por ejemplo, para mí tener éxito es haber publicado un libro. Lo logré, pero inmediatamente mi mente empieza a querer otras cosas.

Si tenemos que describir el éxito, es básicamente lograr lo que mi espíritu me está dictando que debo hacer. Y aquí hay que hacer una gran diferencia, porque nosotros tenemos lo que deberíamos hacer y lo que realmente queremos hacer; entonces el éxito es lo que uno de corazón quiere hacer. Exito no es sobresalir. La gente cree que éxito es ser famoso, publicar un libro o grabar un disco; a veces tiene que ver con nuestra carrera, pero éxito también es tener buenos hijos, una buena pareja, una vida como uno quiere. En definitiva, el éxito es lograr lo que de corazón uno quiere.

¿A qué se atribuye la carencia de dinero?

Tiene que ver básicamente con una idea muy fuerte de que hay poco dinero, o de que el dinero a mí no me corresponde. Cuando hay una carencia de dinero es que desde mi mente subconsciente yo no estoy aceptando la abundancia ni la riqueza; es como que a otros les puede pasar y a mí no.

La riqueza y la pobreza dependen de nuestra mente, no del trabajo ni del esfuerzo sino de nuestra sensación de recibir lo que merecemos. Yo creo que me merezco algo y en base a eso el Universo me provee; si yo creo que no merezco vivir bien entonces el Universo no me lo da. Una de las razones por las cuales la gente pobre sigue siendo pobre es por el resentimiento que ellos tienen hacia los ricos.

El pobre siempre se victimiza y se pone en la posición de que hay otro que le roba, que el jefe siempre se queda con el dinero o se aprovecha; o sea que los ricos son malos, estafan, y entonces frente a todo ese resentimiento jamás van a ser ricos, al menos hasta que empiezan a ver el lado bueno, a asociar que también los ricos son buenos.


¿Porqué los ricos son ricos?
Porque tienen conciencia de abundancia; el rico siente que se merece, que ese es su nivel y lo va logrando.

Uno de los conceptos más difíciles que a mí me ha tocado aprender es que el dinero es mental. O sea, el dinero no depende del trabajo, del nivel cultural o del esfuerzo que yo haga. Hay gente que trabaja muchísimas horas por día o tienen dos y hasta tres trabajos y en suma no les alcanza el dinero y tienen vidas miserables, no ven a sus hijos, no tienen tiempo para sus amigos. Eso no es prosperidad.

Hay gente que trabaja cuatro o cinco horas por día y gana diez veces más que el otro; entonces, hay que ponerse a pensar qué es lo que hace uno y qué es lo que hace otro.

Uno tiene la idea de que "me tengo que sacrificar", "el dinero cuesta", entonces se la pasa en trabajos donde siempre va a ganar poco; el otro tiene una idea de "más suerte", o sea "lo mío vale", "lo mío sirve", "yo soy importante", entonces la vida le da eso. Básicamente, cuando no tenemos esas ideas de abundancia y de prosperidad las tenemos que fabricar, las tenemos que crear.

¿Cómo se destraban de nuestra mente las pautas de merecimiento? ¿Cuál sería el primer ejercicio que deberíamos hacer para abrirnos a él?

Hay varias cosas que hay que trabajar en prosperidad pero si voy a trabajar el merecimiento, éste está relacionado con la autoestima. Es decir, me tengo que sentir valioso, tengo que sentir que me corresponde que Dios también se acuerde de mí y que a mí me toca lo bueno.

Si trabajo la autoestima (lo que significa quererme más), entonces el Universo empieza a proveerme más, pero en prosperidad el paso más importante es la aceptación. Aceptación significa que tengo que poner en mi mente la idea de que A Mí TAMBIéN ME TOCA LO BUENO; que YO ME MEREZCO, y lo tengo que reclamar al Universo. Yo también quiero vivir bien, a mí también me corresponde, y cuando yo siento que realmente me corresponde, ahí lo tengo.

Se presenta como conflicto con la gente que trabaja con temas espirituales, si tienen que ganar plata o no, siendo muchas veces criticados por esto. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
La respuesta la voy a dar en términos astrológicos. Nosotros estamos saliendo de la era de Piscis y entrando a la era de Acuario; en la era de Piscis para la evolución del ser humano era importante la renunciación, teníamos que renunciar a los bienes materiales para empezar a buscar lo espiritual. Entonces era como un principio, como un despertar en la conciencia humana; era la Era de la renunciación. Por eso tenemos esa idea, es la idea vieja.

Ahora, que comenzó la era de Acuario, el mensaje es totalmente distinto; tenemos que encontrar a Dios en la materia. Antes, si decíamos "esta mesa es Dios" era blasfemia. Ahora tenemos que reconocer que estos son átomos, que esto está formado por el cuerpo y la mente de Dios, que Dios está en la materia; tenemos que aprender a encontrar que en el dinero también está Dios en acción; porque es básicamente una energía de intercambio, y tenemos que aprender a encontrar eso. Por esa razón ahora es importante incorporar el dinero en todo esto, por eso ya no es más pecado.

Ahora se nos está enseñando a usar un instrumento que antes no estábamos listos para usar que es el poder creador de nuestra mente.

Dentro de las cosas nuevas que tenemos que aprender es que el dinero también es espiritual y depende de nosotros; por eso es importante cada vez que uno va a pagar algo bendecir el dinero: poner entre las manos el billete o el cheque y bendecirlo. Cuando ponemos nuestro amor, nuestra energía o nuestra bendición, ese dinero vuelve multiplicado.

Las personas que se quejan de las cuentas o de los impuestos, cada vez les cuesta más pagar, porque están generando una energía negativa que va a hacer que eso crezca y se reproduzca; pero si yo voy pagando con amor mis cuentas y las voy bendiciendo, es distinto. Si yo tengo que pagar el teléfono, tengo que agradecer a una compañía que por un mes ha confiado en mí, me ha brindado un servicio que yo he aceptado.

¿Qué le diría a una persona que no puede cumplir con sus objetivos?

Le diría si está haciendo bien los ejercicios. Con esto quiero decir, si yo tuviera que cocinar algo, tengo todos los ingredientes y los pongo al horno. Si el horno estuviera frío, no se cocina. Eso quiere decir que la persona ha hecho todos los pasos necesarios pero le está faltando el ingrediente principal que es el combustible, la energía.

Las personas que no logran sus objetivos es porque tienen su espíritu atrapado en una situación.

Por ejemplo, puedo estar invirtiendo mucho mi energía personal en un rencor con alguien.

Entonces, parte de mi energía que tiene que cocinar lo que estoy pidiendo está puesta en el pasado. También puedo estar pensando en cómo voy a pagar mis cuentas en el futuro y entonces tampoco puedo cocinar lo que quiero en el presente.

Lo que habría que revisar es de qué manera estamos distribuyendo nuestra energía. Hay que empezar a traer el espíritu al presente y ahí es cuando se materializan nuestros deseos. Se produce la sanación.

Tenemos que tener además un deseo fuerte para generar energía. Si yo digo de la boca para afuera: "quiero tener más dinero", ahí no pasa nada. Tengo que desearlo, quererlo, verme teniéndolo. En general se confunde deseo con ansiedad y hay una gran diferencia. Ansiedad significa que quiero ver el resultado hoy mismo. Es querer acelerar el proceso porque en el fondo significa miedo.

Deseo en cambio, quiere decir que aquello que estoy pidiendo voy a empezar a disfrutarlo a hoy, como si ya fuera una realidad.

¿Por qué estos conceptos son a veces difíciles de aplicar?

Porque no estamos solos. Si pudiéramos estar solos con nuestros pensamientos sería mucho más fácil. Vivimos en un medio en donde estamos bombardeados de información, gente que no es muy positiva alrededor nuestro. Entonces, en el proceso de prosperar, también debemos seleccionar a la gente que tenemos cerca; así como también a quién debemos escuchar y a quien no.

¿Cómo es la energía del espíritu?

Vivir en el presente. Otra de las razones que son se cumplen los objetivos es porque a veces lo que está asociado en la mente subconsciente con respecto al resultado es negativo.

Por ejemplo, si quisiera ser famoso y además tengo el concepto que serlo significa estar solo, tener una vida afectiva desastroza, amigos envidiosos, etc. puedo tener una serie de ideas que me anuncian peligro, entonces mi mente no va a querer nunca cumplir ese objetivo.